Son innumerables las tendencias y subtendencias de
la pintura del siglo XX. En general, suelen estudiarse en relación
con los acontecimientos políticos y sociales de la época,
diferenciándose entre las vanguardias históricas anteriores a la
primera guerra mundial (fauvismo, cubismo, futurismo, expresionismo)
y las del período de entreguerras (constructivismo, dadá,
surrealismo, Bauhaus, Art Decó, muralismo mexicano).
Más problemática es la relación con las vanguardias estéticas de
movimientos como el realismo socialista, el arte fascista, el arte
nazi o el arte del franquismo.
La segunda guerra mundial marca la ruptura época
con el traslado del centro de la actividad artística de Europa
(sobre todo París -Escuela de París-) a Estados Unidos (Nueva
York). Pintores estadounidenses protagonizaron los nuevos movimientos
también calificados como vanguardistas, como Jackson Pollock
(action painting, la denominada Escuela de Nueva York
-expresionismo abstracto-) y Andy Warhol (Pop Art).
El último período del siglo XX, que puede
considerarse iniciado con la muerte de Picasso, que coincide con el
final de la Guerra de Vietnam (1973), ha sido identificado con
términos como deconstrucción, postmodernidad o transvanguardia.
Vanguardias históricas
Hasta la Primera Guerra Mundial (1914-1918)
Las denominadas "vanguardias históricas"
son las que surgieron en los primeros años del siglo XX, tras un fin
de siècle dominado por el modernismo y el simbolismo. Una belle
époque en la que la amenaza de la guerra era cada vez más
perturbadora (paz armada).
Fauvismo
Los fauves ("fieras"), siguiendo
el precedente de los nabis de 1888, usaban el color de forma
arbitraria, abstrayéndolo de la objetividad visual y poniéndolo en
relación con su propia subjetividad, estuviera relacionada con
alguna justificación formal o con cualquier necesidad expresiva
(cuya justificación dejaba por tanto de ser necesaria). El grupo
recibió su denominación por el escándalo que suscitaron en el
Salon d'Automne de 1905 (Henri Matisse, André Derain, Albert
Marquet, Charles Camoin, Louis Valtat, Henri Evenepoel -belga-,
Maurice Marinot, Jean Puy, Maurice de Vlaminck, Henri Manguin, Raoul
Dufy, Othon Friesz, Georges Rouault, Kees van Dongen -holandés-,
Alice Bailly -suizo- y Georges Braque -que a los pocos años inició
con Picasso el cubismo-).
Expresionismo, "Die Brucke"
El expresionismo, del que es un cercano precedente
El grito (del noruego Edvard Munch, 1893), fue un movimiento
pictórico gestado en Alemania en torno al grupo Die Brucke
(1905, Ernst Ludwig Kirchner, Emil Nolde).
Cubismo y Futurismo
El cubismo de Pablo Ruiz Picasso (Las señoritas
de Aviñón, 1907), Georges Braque, Fernand Léger, Juan Gris o
María Blanchard, representaba las figuras a través del
desdoblamiento de los planos que componen su superficie y técnicas
innovadoras, como el uso del collage que añade todo tipo de
materiales a la materia pictórica. Se ha señalado la influencia en
el cubismo de los volúmenes de Cezanne; aunque también del
primitivismo buscado en las máscaras africanas y en la pintura
románica.
El futurismo de Boccioni
y otros pintores italianos, en torno al poeta Marinetti (Manifiesto
futurista, 1909), también pretendía aproximarse a una realidad
visual más profunda, pero evocando el movimiento y la velocidad,
multiplicando la representación sucesiva de la misma figura, con lo
que obtenía efectos visuales hasta cierto punto similares a los del
cubismo. El Desnudo bajando una escalera de Marcel Duchamp
(1912), que fue rechazado por los cubistas cuando fue presentado en
el Salon des Indépendants de ese año presentaba
características de ambos estilos. Su exposición en el Armory
Show de Nueva York (1913) fue ampliamente ridiculizada en la
prensa, y contribuyó de forma notable a la difusión de las
vanguardias.
Frente a la mayor pervivencia del expresionismo,
que no sólo sobrevivió a la Primera Guerra Mundial, sino que
intensificó con ella su caudal de agresividad temática; cubismo y
futurismo tuvieron una vida corta, aunque muy fructífera. Con gran
rapidez dieron origen a una gran variedad de movimientos pictóricos,
igualmente efímeros, que en algún caso se consideran precedentes de
la abstracción, como el purismo (Amédée Ozenfant), el orfismo
(Robert Delaunay y František Kupka), el vorticismo británico
(Wyndham Lewis, Edward Wadsworth), el rayonismo ruso (Miguel Larionov
y Natalia Goncharova), el sincromismo estadounidense (Stanton
MacDonald-Wright y Morgan Russell), el neocubismo español (Daniel
Vázquez Díaz y Pancho Cossío), etc.
Periodo de entreguerras (1918-1939)
En este periodo
continuaron desarrollándose las vanguardias históricas de la etapa
anterior, y surgieron otras nuevas, en una sucesión frenética de
etiquetas y manifiestos. La adscripción de cada pintor a un solo
movimiento es en sí misma un error, dada la fluidez de contactos
entre ellos y la evolución personal de cada uno; siendo el caso más
evidente el de Picasso, que pasó por todos. Otros, como Balthus,
negaron explícitamente que los pintores y su pintura debieran ser
objeto de clasificación o comentario, sino sólo de contemplación.
Expresionismo, Nueva Objetividad y "Der Blaue Reiter"
El expresionismo fue la corriente predominante en
los países nórdicos y Europa central, y se pueden asociar a ella
muchos pintores de todas las nacionalidades (Amadeo Modigliani, Chaïm
Soutine, José Gutiérrez Solana). Hasta tres generaciones de
expresionistas desarrollaron una pintura representativa y
comprometida con la realidad; en algún caso planteándose
explícitamente como una reacción contra el propio expresionismo: la
Neue Sachlichkeit ("Nueva objetividad", Christian
Schad, Otto Dix, George Grosz, Oskar Kokoschka). Un movimiento de la
segunda generación expresionista, Der Blaue Reiter ("El
jinete azul", Vasily Kandinsky, Paul Klee, Franz Marc, August
Macke) derivó hacia la pintura abstracta al entender que solo era
posible representar el interior del ser y el pensamiento a través de
formas no figurativas (abstracción lírica).
Constructivismo, "Die Stijl", Suprematismo
El neoplasticismo o constructivismo holandés, del
grupo De Stijl ("El estilo", 1917, Piet Mondrian,
Theo van Doesburg), desarrolló una abstracción geométrica. La
Revolución rusa de 1917 tuvo también una expresión artística
inmediata en movimientos pictóricos de vanguardia como el
suprematismo y el constructivismo soviético (Rodchenko y Malévich),
antes de establecerse el realismo socialista.
Dadá y Surrealismo
El movimiento dadá (palabra elegida al
azar) fundado en Zúrich en 1916, implicó a pintores franceses,
alemanes y estadounidenses Hans Arp, Francis Picabia, Max Ernst, Man
Ray). Inauguró un interés por la fantasía, lo irracional, lo
extravagante y lo onírico; que el grupo surrealista (manifiesto de
1924) teorizó influenciado por el psicoanálisis y los cambios de
paradigma científico (teoría de la relatividad y mecánica
cuántica). Hubo precursores, como Henri Rousseau o Marc Chagall.
Dentro de las manifestaciones pictóricas surrealistas se
diferenciaron los surrealistas abstractos como Joan Miró o Yves
Tanguy y los figurativos como René Magritte o Salvador Dalí. Fuera
del grupo, pero con estrecha relación estética, estaban la pintura
metafísica de Giorgio de Chirico o la obra de Marcel Duchamp que,
mediante la descontextualización, convertía objetos reales de la
vida diaria en formas puramente artísticas.
Bauhaus y "Art Decó"
El establecimiento de la Bauhaus, dirigida
por los arquitectos Gropius y Mies Van der Rohe, tuvo un poderoso
impacto en todas las artes plásticas, incluyendo una escuela de
pintura a la que estuvieron asociados Lyonel Feininger, Johannes
Itten, Vasili Kandinsky, Paul Klee, Gerhard Marcks, Laszlo
Moholy-Nagy, Georg Muche, Oskar Schlemmer y Lothar Schreyer.
Otro movimiento inicialmente arquitectónico y de
diseño, el art déco, también tuvo una vertiente pictórica
importante (Tamara de Lempicka).
Pintura de los totalitarismos o las dictaduras
A pesar de su identificación inicial con las
vanguardias, el arte de las dictaduras o de los totalitarismos
(comunismo soviético -realismo socialista-, fascismo italiano,
nazismo alemán -blut und boden, "sangre y suelo"-,
franquismo español, movimientos parafascistas rumanos) se recondujo
por razones ideológicas y propagandísticas hacia el conservadurismo
estético, convergente en términos formales a pesar de la extrema
oposición ideológica (por razones idénticas aunque originadas en
presupuestos distintos), que exaltaba los valores populares contra
los de la intelectualidad elitista, que se calificaban, dependiendo
de la terminología empleada en cada caso, de desviacionistas
(уклонизма -uklonizma-), burgueses,
degenerados (entartete), antiespañoles, etc.
Muralismo mexicano
En un ambiente de mayor libertad expresiva y
política, aunque conectado con los presupuestos ideológicos del
realismo socialista, se desarrolló el muralismo mexicano, muy
implicado en las luchas entre las distintas facciones, que llegó a
una extrema violencia durante la presencia de Trotsky en México
(Diego Rivera, José Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros).
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