viernes, 7 de noviembre de 2014
Las revoluciones y los elementos
César Lorenzano recorre junto con Vlady -un notable artista de origen ruso residente en México- los Murales que realizó en la Biblioteca Lerdo de Tejada de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, la que funciona en una antigua iglesia colonial, cubriendo con sus más de dos mil metros cuadrados la totalidad de sus paredes, incluyendo las que corresponderían al altar, el coro y la capilla. En ese recorrido reflexiona en un diálogo con el autor acerca de su significado, de su simbología, de su estructura formal e histórica, así como de las características de la pintura contemporánea. El escrito que surge esa experiencia obtiene el Premio Nacional de Crítica de Arte establecido por el Instituto Nacional de Bellas Artes de México. El video tiene como guión ese escrito, y en él se muestran, describen y analizan los Murales de Vlady.
Etiquetas:
Vídeos
jueves, 6 de noviembre de 2014
Temas y tratamientos en la pintura contemporánea

Los géneros y los temas pictóricos fueron objeto de la tratadística académica, y clasificados jerárquicamente. Por mucho
que los movimientos rupturistas de la pintura contemporánea pretendieran rebelarse contra todo tipo de ataduras, era imposible que dejaran de referirse a ellos, aunque fuera para subvertirlos. La repetición de temas, y muy a menudo la referencia explícita a las formas en que se habían tratado en la historia de la pintura; incluye a muchos de ellos en una tradición secular que se reinterpreta de distintas formas.
Locus amoenus

La representación de escenas plácidas en las que un grupo de personas se solazan en la naturaleza o en jardines, siguiendo el tópico literario del locus amoenus, es una constante en la pintura contemporánea. Una variación, que incorpora el tema del desnudo, son las escenas de baño.
Muerte

La muerte, uno de los temas universales, con el amor (son las dos caras -Eros y Tanathos- de una misma realidad: la vida); fue siempre un tema muy tratado en pintura, especialmente en la pintura religiosa cristiana (el crucificado, los martirios). La Edad Contemporánea buscó sus propios santos laicos que glorificar tras su muerte: por un lado los héroes y próceres nacionales, y por otro los antihéroes más radicales: los suicidas.
Guerra y represión

La guerra ha tenido un tratamiento muy distinto en la pintura contemporánea que en las otras épocas. Con alguna notable excepción (el Socorro de Bahía de Maíno o La rendición de Breda de Velázquez), las representaciones de batallas siempre se hicieron, a lo largo de la historia de la pintura (Mosaico de Issos, Batalla de San Romano, Batalla de Anghiari) para glorificar a la figura heroica de un rey o militar victorioso y destacar los momentos cruciales del enfrentamiento o la victoria. Sin embargo, las revoluciones contemporáneas ponen a las masas en el protagonismo de la historia; mientras que la derrota (el más habitual destino de los humildes), aunque desafortunada, cobra un rasgo de dignidad no exento de esperanza. La represión emerge como un tema heroico, que pone al que la sufre (el derrotado) y no al que la ejerce (el poderoso) en la posición del héroe. La propia guerra deja de ser enaltecida para ser criticada por la crueldad y miseria humana que origina, especialmente a partir de la serie de grabados de Goya Los desastres de la guerra. El punto de inflexión es muy evidente en las abundantes representaciones de Napoleón Bonaparte: con la dignidad de un emperador romano mientras ocupa el poder, y sometido a toda clase de sentimientos y penalidades, en las pinturas de historia posteriores. En cuanto a la pintura de batallas, que había sido un género importante desde el Renacimiento, siguió disfrutando de una gran popularidad y encargos institucionales, incluso se convirtió en una especialidad casi exclusiva de algunos pintores (pintura militar, pintura de guerra, pintura naval); aunque por lo general ha sido minusvalorada en la historiografía del arte.
El gesto en la expresión y en la pincelada

Con el término "gesto" se refiere en pintura tanto a la expresión corporal y facial de los hombres o mujeres representados, como al trazo de la pincelada, que marca como una firma la personalidad del pintor (su "estilo"), de una manera tan propia como su "paleta".
La revolución industrial, la depauperación de las masas proletarizadas y el surgimiento del movimiento obrero pusieron el mundo del trabajo y los trabajadores en el centro del interés de los pintores, como de los literatos, muchos de ellos comprometidos políticamente con la izquierda política, o en cualquier caso atentos a la llamada "cuestión social".
Trabajo y trabajadores

La revolución industrial, la depauperación de las masas proletarizadas y el surgimiento del movimiento obrero pusieron el mundo del trabajo y los trabajadores en el centro del interés de los pintores, como de los literatos, muchos de ellos comprometidos políticamente con la izquierda política, o en cualquier caso atentos a la llamada "cuestión social".
Mujeres contra ventanas

La mujer como tema de la pintura es tan antiguo como la propia pintura; pero la edad contemporánea es la época del surgimiento del feminismo, al tiempo que de la revolución, que pone a la figura de la mujer como su símbolo (Marianne). La ventana fue un recurso de perspectiva usado desde el Renacimiento. Enfrentadas ambas, son inmediatamente entendidas como una metáfora de la libertad. El tema de la mujer de espaldas contra una ventana es una innovación de Caspar David Friedrich, que también experimentó con un contraluz frente al sol de una mujer de espaldas. Se han señalado precedentes en el barroco holandés (Vermeer), en Durero y el renacimiento flamenco y toscano.
La arquitectura en la pintura

La representación de fondos arquitectónicos (arquitecturas es la denominación convencional) había sido habitual en la pintura medieval y lo siguió siendo en la de la edad moderna, pero como un marco de las escenas principales y no como el motivo central.54 Sí lo había sido en uno de los estilos pompeyanos. En la pintura contemporánea, sí que hay ejemplos, no muy generalizados, de edificios tomados como motivo central de un cuadro, del mismo modo que los paisajes naturales en la pintura de paisaje.
La pintura, tema autorreferencial

El cuadro dentro del cuadro es un tema presente en la historia de la pintura desde el Renacimiento; así como el autorretrato del pintor, especialmente en actitud de pintar algo, o incluso pintarse a sí mismo; además de los retratos de unos pintores por otros, o de grupos de pintores. Los pintores contemporáneos reinterpretan de distintas maneras esta tradición, y en algunos casos la utilizan para ejemplificar sus propuestas conceptuales, formales y estéticas, convirtiendo esas obras en verdaderos manifiestos.
Etiquetas:
Temas y tratamientos
Conceptos en la pintura contemporánea
El pintor
Los pintores contemporáneos asisten a las
transformaciones socioeconómicas de su época y dejan de estar
sometidos a la tutela de los gremios. Su formación puede ser
académica o autodidacta, y su relación con el público es
completamente distinta a la existente en el Antiguo Régimen: sus
clientes preferidos ya no son el clero y la monarquía absoluta, sino
un mercado de arte representado por la burguesía, a cuyos gustos
pueden responder o no. Si se anticipan a su tiempo y renuncian a
cualquier compromiso con la comercialidad, buscando el arte por el
arte, pueden ser incomprendidos e incluso pasar penalidades,
representando con su propia vida la figura tópica del pintor
bohemio, que se reúne con otros artistas de su misma condición en
los ambientes marginales de los barrios más conflictivos (como el
Montmartre de París).
Las figuras del
marchante y del galerista de arte pasan a ocupar un papel esencial en
la relación entre pintor y mercado. Desde finales del siglo XX se
les ha añadido el curator o comisario artístico de
exposciones y otros eventos.
La provocación
El fin confesado de
muchos pintores contemporáneos fue «épater le bourgoise»
(escandalizar al burgués), es decir, realizar conscientemente una
provocación mediante la transgresión. La búsqueda de sucesivas
formas de ruptura de las convenciones nunca tuvo fin, porque, cada
vez más rápidamente, lo que era provocador pasaba a ser primero
tolerado y después incluido en el mainstream institucional y
del mercado del arte, que era el verdadero estímulo para que
surgieran nuevas provocaciones, quedando cada vez menos espacio para
definir quién era un pintor maldito o dónde encontrar realmente una
pintura underground, independiente o marginal.
Paradójicamente, los capitalistas estaban encantados de subvencionar
las obras revolucionarias que explícitamente pretendían disolver
las bases en que sus mecenas se sustentaban; pero que resultaban ser
excelentes inversiones.
Jacques Louis David suscitaba el debate político
desde una estética totalmente académica. Courbet utilizaba la
ruptura estética y el tratamiento de temas sórdidos como un
revulsivo que se pudiera trasladar a la dinámica política y social.
En 1913, Vladímir Mayakovski y un grupo de artistas rusos, entre los
que estaba el pintor David Burliuk, publicaron el manifiesto Bofetada
al gusto del público, de explícita intención. Marcel Duchamp
pretendía disolver directamente el concepto de arte, de museo y de
pintura, pintándole bigotes a la Gioconda. Andy Warhol identificó
con la pintura artística la reproducción mecánica de la imagen.
Lienzos intactos fueron convertidos en obras de arte por su mera
concepción, con o sin la adición de la firma, o por la estampación
de un sello (Malevich y Man Ray, respectivamente).
La reproducción de la imagen
El grabado tenía una tradición secular, pero las
posibilidades de reproducción de la imagen se desarrollan de modo
impactante con las nuevas técnicas de reproducción de imágenes,
especialmente a partir de la fotografía (en desarrollo desde las
décadas centrales del siglo XIX). Posiblemente, el impacto más
decisivo de la fotografía fue desincentivar la tradicional
identificación entre arte e imitación de la realidad, y estimular
la búsqueda de otras alternativas, especialmente a través del
color, que la fotografía no consiguió reproducir hasta mucho más
adelante
El campo pictórico de la Edad Contemporánea se
enriqueció con la publicidad y el cartelismo, demandados por la
nueva sociedad de consumo de masas.
El anuncio de los espectáculos se procuró
efectuar con el máximo rango artístico, ya que ello repercutía en
la afluencia del público. Los modernistas y Toulouse-Lautrec
destacaron en ese ámbito.
La escenografía del teatro había contado con
artistas de envergadura desde el Renacimiento; pero el teatro burgués
del siglo XIX mantuvo por lo general escenas sobrias. Todo lo
contrario ocurría en la ópera y el ballet. La compañía de los
ballets rusos de Diaghilev y otras producciones ambiciosas y con
deseos de impactar en el público, encargaron su escenografía y
hasta el diseño de vestuario a artistas de vanguardia: Matisse,
Picasso, Dalí y Chagall, figuran entre los grandes escenificadores.
Muchos pintores han tenido activa participación
en el cine; algunas veces, suministrando decorados, que han de ser
filmados, suministrando imágenes para escenas concretas
(colaboración entre Dalí y Alfred Hitchcock) o realizando películas
completas. Un género aparte es el denominado cine de animación
(Walt Disney).
El cómic, en sí mismo un nuevo arte, se
convirtió en un nuevo vehículo de expresión para los artistas
plásticos.
El color
En la larga lucha entre color y dibujo que venía librándose en la
pintura europea desde la Edad Media, el academicismo había
sentenciado el triunfo del dibujo y la línea, concediendo al color
un discreto segundo puesto, que ni romanticismo ni realismo habían
subvertido. Únicamente algunas individualidades, como Goya o
Turner,6 dieron a la mancha y al color un puesto protagonista en sus
obras, que caracterizó también a parte de la pintura victoriana
posterior; el resto incluso valoraba la homogeneidad cromática que
convertía casi todos los tonos en pardos, tierras u ocres. Incluso
se llegó a decir expícitamente que un buen cuadro debía tener el
color de un buen instrumento musical de madera.
Los impresionistas pretendían utilizar en la
pintura los recientes descubrimientos sobre la naturaleza de la luz y
la teoría del color, lo que les llevó al empleo consciente de los
complementarios para aumentar los contrastes y a la disposición en
el lienzo de colores puros para reproducir en la retina del
espectador la mezcla de pigmentos que hasta entonces se confiaba a la
paleta del pintor. Los simbolistas o postimpresionistas,
especialmente Gauguin y Van Gogh, con el uso de colores vivos,
aplicados con gruesas y amplias pinceladas o en superficies
relativamente grandes (cloisonismo) hicieron del color un uso
violento y liberador, abiertamente conectado con la violencia de las
emociones del artista, con la idea de que la manipulación del color
podía expresar no el aspecto de los objetos como lo percibía
físicamente el ojo, sino el estado de ánimo que evocaban.
Whistler había propuesto la idea de que el color podía tratarse en
términos musicales, e intentó por sí mismo su aplicación, aunque
usando tonos ligeros. Kandinsky, él mismo un sinestésico (percibía
conjuntamente asociados sonidos y colores) desarrolló una especial
teoría de la sinestesia en De lo espiritual en el arte
(1910). Previamente, los fauves habían encontrado las
posibilidades del uso arbitrario del color, que pueden considerarse
explícitamente propuestas en el cuadro de Henri Matisse La
Desserte, harmonie en rouge ("El postre, armonía en rojo"
-también llamado "La habitación roja"-, 1908), donde la
drástica simplificación del trazo muestra la escasa importancia que
atribuye al modo en que los objetos son percibidos por el ojo en la
vida real. A partir de entonces, los usos radicales del color
(especialmente en la abstracción) terminaron por escandalizar al
propio Picasso, que llegó a decir que en la búsqueda de la "pintura
pura" se terminará por encontrar la "pura pintura",
es decir, lo mismo que se vendía por kilos en los estantes de las
droguerías. La historia de la pintura posterior le dio la razón,
pues pintores como Yves Klein llegaron a identificar con la
materialidad del propio pigmento (el "azul Klein") la obra
de arte.
La textura
La pincelada y la mancha son elementos muy
importantes en la técnica de los pintores de la Edad Contemporánea.
La pincelada gruesa no es un invento del impresionismo, la utilizaban
muchos maestros antiguos (como Tiziano, del que se decía que daba
directamente los colores con las manos); pero ciertamente el efecto
acabado es uno de los requisitos de la pintura académica. Una
conocida anécdota de Goya describe la impaciencia del maestro por el
detallismo con el que su discípulo Vicente López Portaña estaba
haciéndole su retrato de 1826. A esas alturas, el estilo de Goya,
que ya había realizado las pinturas negras, era el de sus últimas
obras en Burdeos. El efecto abocetado fue buscado por otros
discípulos de Goya, como Leonardo Alenza; y se convirtió en una de
las señas de identidad de los pintores rupturistas del realismo y el
impresionismo. Además de Goya, otra de las fuentes que condujeron a
los pintores franceses en esta dirección fue el inglés Turner. Sin
embargo, la mayor parte de los pintores ingleses de la época, y
especialmente los prerrafaelitas, optaban por intensificar los
acabados.
Las vanguardias utilizaron estos recursos de forma
muy diversa, una vez conquistada la libertad formal más absoluta.
La forma o la figuración
Artículo principal: Realismo en el arte
El impresionismo y el neoimpresionismo
reconstruían ópticamente las meras apariencias. Los
postimpresionistas (Cézanne, Van Gogh, y Gauguin, que huyen de la
atmósfera de París en busca de horizontes inéditos) iniciaron
desde 1880 la reconstrucción de las formas, es decir, de la
existencia corpórea de las propias figuras representadas. El cubismo
y el constructivismo insistirán en estos conceptos.
La abstracción
Artículo principal:
Pintura abstracta
Véanse también: Arte abstracto y
Abstraccionismo.
Kandinsky realizó su
Primera acuarela abstracta entre 1910 y 1913; y teorizó sobre
la pintura abstracta en Uber das Geistige in der Kunst (1911).
Otros pintores se aproximaron al mismo concepto por esos mismo años:
En un texto de 1910 sobre el futurismo, Boccioni escribió acerca de
la abstracción expresiva: "Mi ideal era un arte que expresara
la idea de sueño sin representar ninguna cosa durmiente". Su
obra Stati d'animo (Estado de ánimo), de 1911, se acerca a
ese concepto de la abstracción. Arthur Dove tiene entre sus obras un
Abstract Number 2 (Abstracto Número 2), de 1911 y un Fog
Horns (Sirenas de Niebla). El rayonismo o cubismo abstracto se
desarrolló desde 1912 o 1913 (con el precedente de una exposición
rusa de 1909). El suprematismo de Malevich se iniciaba en 1913 con
Círculo negro. El sincromismo de Morgan Russell se expuso en
el Salon des Indépendants de París de 1913.
La difusión de la obra de Wassily Kandinsky
impactó en el grupo De Stijl, formado en 1917, y en otras
vanguardias del periodo de entreguerras, que experimentaron con la
abstracción (surrealismo abstracto); pero el mayor auge de la
pintura abstracta vino con el expresionismo abstracto que desarrolló
entre 1945 y 1955 la New York School (escuela de Nueva York).
En Europa hubo movimientos similares: el informalismo, el tachismo y
la abstracción lírica.
Histórica y formalmente
se ha desarrollado en distintas posibilidades técnicas y
denominaciones estilísticas: la abstracción geométrica (cubismo
abstracto -orfismo, rayonismo-, suprematismo, constructivismo
soviético, constructivismo holandés -neoplasticismo, De Stijl-
concretismo), la abstracción cromática (sincromismo), la
abstracción lírica, la abstracción sintética, la abstracción
analítica, la abstracción cinética (arte cinético), el
surrealismo abstracto, el informalismo (expresionismo abstracto,
abstracción constructiva, tachismo, pintura matérica, action
painting), la abstracción postpictórica (minimalismo, color
field, hard edge) y cualquier otro movimiento derivado,
incluyendo los denominados abstracción figurativa y no figurativa
(expresiones que, respectivamente, son un oxímoron y una
redundancia, pero que tienen uso bibliográfico).
El paisaje y la naturaleza muerta
La pintura del paisaje y
la naturaleza muerta o bodegón habían sido clasificadas como las
más ínfimas en la jerarquía de géneros académica. Obviamente, la
pintura contemporánea no respetó tal jerarquía, y ambos géneros
pasaron a recibir un interés especial por los principales pintores
desde el siglo XIX. Incluso superaron con ventaja frente a la
representación de la figura humana los impactos del vanguardismo del
XX, puesto que la simplificación de las formas y el rechazo a la
imitación de la naturaleza convertía la mayor parte de los temas
pictóricos en paisajes oníricos o en bodegones
abstractos, inexistentes en la realidad.
La expresión
La sobriedad de las poses estáticas del
neoclasicismo contrastaba con el dinamismo y la violencia expresiva
del romanticismo. El realismo de mediados de siglo XIX dio
oportunidad para que algunos autores, especialmente el caricaturista
Daumier o el grabador Gustavo Doré, experimentaran con la distorsión
de la expresión facial y corporal, que ya habían iniciado artistas
aislados en la primera mitad del XIX (Goya, William Blake o Füssli).
No obstante, no es hasta
finales del siglo XIX cuando se da inicio a la corriente
expresionista, que se fecha en El grito de Edvard Munch
(1893), y a la que son también muy cercanos algunos pintores
calificados de modernistas, especialmente los de la Sezession
vienesa (Egon Schiele, Klimt). La etiqueta vanguardista de
expresionistas suele aplicarse a distintos grupos de pintores
alemanes de antes y después de la Primera Guerra Mundial, con cuyos
efectos están muy vinculados (expresionismo alemán); aunque el
tratamiento distorsionado de las expresiones caracterizó por la
misma época a muchos otros (Modigliani, Solana) incluyendo al propio
Picasso (época azul, Guernica) y a los surrealistas.
Después de la Segunda Guerra Mundial, los estilos pictóricos
alternativos a la abstracción tuvieron una de sus más explotadas
posibilidades en la acentuación de la expresión (Lucian Freud -fue
muy significativo el escándalo que suscitó su Retrato de la
Reina Isabel II de Inglaterra-, Francis Bacon, neoexpresionismo,
etc.)
Puede entenderse que el tratamiento de la
expresión constituye el eslabón fundamental entre la pintura
romántica y la del siglo XX, y por tanto el elemento "tradicional"
más evidente dentro de las vanguardias.
La mujer
El feminismo es un movimiento ideológico que nace
con la Edad Contemporánea y evoluciona con ella. La imagen de la
mujer que se va representando pictóricamente a lo largo de este
periodo fue cambiando sustancialmente. Las representaciones
idealistas (heroicas o hagiográficas) convivieron con las eróticas
y costumbristas. Prerrafaelitas, simbolistas y modernistas tuvieron
en el tema de la mujer uno de sus principales motivos, alternando en
su representación lánguida y activa. A finales de siglo, la
irrupción del concepto de Nueva Mujer influyó extraordinariamente
en las artes plásticas, que se consagró en los años veinte y
treinta con el Art Decó, coincidiendo con la estilización de la
moda (Coco Chanel, Christian Dior, Balenciaga). Determinó la
aparición de modelos alternativos de mujer, juveniles, activas y
deshinibidas, divulgados en las revistas ilustradas mediante dibujos
y fotografías (chicas "charlestón", chicas "Penagos",
chicas pin-up) y derivó en muy diferentes interpretaciones:
la recuperación de su papel tradicional de reposo del guerrero
y madre (en el arte nazi), su identificación con el pueblo
trabajador (en el realismo socialista), su manipulación como
objeto de consumo (en la publicidad, la pornografía y el star-system
del cine), etc.
Las vanguardias tuvieron una relación ambivalente con la mujer. Por
un lado la consagraron en el papel tradicional de musa de los
artistas, que las relegaba a fuente de inspiración o conflicto (las
amantes compartidas por Courbet y Whistler, Van Gogh y Gauguin, las
múltiples compañeras de Picasso, Sylvia von Harden para Otto Dix,
Gala para Dalí); mientras que, por otro lado, alcanzaron un
protagonismo como pintoras en un grado muy superior a las medievales
o de la edad moderna, pero aún restringido a escasos ejemplos
(Berthe Morisot, María Blanchard, Tamara de Lempicka, Frida Khalo,
Dora Maar).
El concepto
El propio concepto pasó a ser, en algunas
interpretaciones radicales del vanguardismo pictórico, lo único que
importaba en la representación plástica, mientras que la
realización efectiva pasaba a ser algo secundario. Tales fueron
principalmente el surrealismo (para el que la técnica formal
-pinceladas, collages, frottages, grattages- o
incluso el arte mismo elegido para la representación -escritura,
cine o pintura-, importaba menos que el mundo onírico interior que
se comunicaba al exterior), las actividades difícilmente
clasificables de Duchamp (que explícitamente pretendía destruir el
propio concepto de arte y pintura -incluso destruir físicamente los
museos-), el arte conceptual o idea art, los happenings
y el fluxus el body art el pop-art, el minimal,
las instalaciones o cualquiera de las formas de intervención
artística que por alguna razón se asocien con lo pictórico, aunque
los límites entre los distintos artes (y entre lo que es arte y no
lo es) se hayan difuminado hasta desaparecer.
En una famosa anécdota,
al preguntarles qué salvarían de un incendio en el Museo del Prado,
Jean Cocteau respondió que salvaría el fuego, y Dalí que el aire
de Las Meninas.
Etiquetas:
Conceptos
Pintores contemporáneos
Se ordenan por fecha
de nacimiento. Se destacan gráficamente algunos pintores con el fin
de marcar periodos cronológicos amplios: de Reynolds a Delacroix,
pintores de finales del XVIII y principios del XIX (nacidos hasta
1798); de Daumier a Alma Tadema, pintores de mediados del siglo XIX
(nacidos entre 1808 y 1836); de Cezanne a Toulouse-Lautrec, pintores
de finales del siglo XIX (nacidos entre 1839 y 1864); de Kandinski a
Magritte, pintores de comienzos del siglo XX (nacidos entre 1866 y
1898); de Fontana a Antonio López, pintores de mediados del siglo XX
(nacidos entre 1899 y 1936); de Gilbert & George a Murakami,
pintores de finales del siglo XX y del siglo XXI (nacidos desde
1942).
Etiquetas:
Pintores
Último cuarto del siglo XX y comienzos del siglo XXI
Las posibilidades de
expresión pictórica se han diversificado hasta incluir
instalaciones artísticas y utilizaciones del espacio artístico
herederas de los happenings, el arte conceptual y el minimal
de mediados de siglo; el arte povera realizado con materiales
de desecho; el graffiti y otras expresiones gráficas
vinculadas a subculturas juveniles; el land art o arte
ecológico que implica a la propia naturaleza; el body art en
el que el cuerpo hace de soporte; el arte digital y el net.art,
que explota las posibilidades de las nuevas tecnologías de la
información y la comunicación, etc.
Entre los innumerables ismos que pretenden
identificar estilos que se suceden y escinden, a veces como revivals
(recuperación de movimientos anteriores -neos-), están el
anacronismo (nuevo clacisismo o neomanierismo), la neo-geo
(recuperación de la abstracción geométrica), la new image
("nueva imagen"), el Pattern Art o Pattern &
Decoration (pintura feminista "de patrones y decoración").
Con la etiqueta neoexpresionismo (nuevos fauves o "nuevos
salvajes", también asociado con la equívoca etiqueta neo-pop)
se engloba un conjunto de movimientos como la transvanguardia
italiana (Francesco Clemente), la bad painting neoyorkina
(Keith Haring), la figuration libre francesa, o trayectorias
personales difícilmente clasificables, como la del español Miquel
Barceló, la del colombiano Fernando Botero, la del japonés Takashi
Murakami o la de la pareja Gilbert & George.
Etiquetas:
Siglo XX
Años centrales del siglo XX
Después de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), el centro del mundo pictórico se traslada de París a Nueva York. Allí surgió la corriente del expresionismo abstracto (Jackson Pollock, action painting -pintura de acción-), en el marco de las tendencias informalistas y matéricas que se cultivaron también en Europa, como el tachismo (abstracción sígnico-lírica, art autre) y la pintura abstracta española que desarrollaron los grupos Dau al Set (Barcelona, Antoni Tàpies) y El Paso (Madrid, Antonio Saura); además de la de pintores exiliados, como Esteban Vicente.
Otros pintores desarrollaron tendencias
neoconcretas y tecnológicas, como los españoles del Equipo 57
o la nueva abstracción (abstracción postpictórica, Frank Stella,
Barnett Newman), el Op-art ("arte óptico", Victor
Vasarely) o las técnicas que llevan a traspasar las fronteras entre
pintura y escultura (arte cinético -Alexander Calder-,
escultopintura -Gerardo Rueda-).
A partir de los años sesenta se aprecia un
regreso a lo figurativo, y se habla de tendencias neofigurativas,
neorrepresentativas o neoicónicas (figuración libre), que
incluyeron el art brut de Dubuffet (pintura espontánea o arte
marginal), el pop art de Andy Warhol (que busca inspiración
en la cultura de masas, entrando en un mundo más comercial y gráfico
-Eduardo Paolozzi, Jasper Johns, Robert Rauschenberg, Roy
Lichtenstein, Equipo Crónica-) o la obra de Francis Bacon y Lucian
Freud. Otras líneas creativas que se ubicaban en el ámbito genérico
del realismo fueron el realismo social, que se venía desarrollando
en Estados Unidos desde la Gran Depresión de los años treinta
(Grant Wood, Edward Hopper), o el hiperrealismo (Antonio López).
Entre una multitud de etiquetas estilíticas para
la pintura de la época, se definieron el hard edge, el
videoarte, el nuevo realismo (eat art, new realism), el
fotorrealismo, el minimal o minimalismo, el arte conceptual
(idea art), el happening, el arte ambiental (land
art, earth art o arte terrestre), el realismo figurativo,
el espacialismo, el funk art, la figuración narrativa, el
neoconcretismo, el neodadaísmo, el nuevo reducionismo, fluxus,
etc.
Etiquetas:
Siglo XX
Primeros años del Siglo XX
Son innumerables las tendencias y subtendencias de
la pintura del siglo XX. En general, suelen estudiarse en relación
con los acontecimientos políticos y sociales de la época,
diferenciándose entre las vanguardias históricas anteriores a la
primera guerra mundial (fauvismo, cubismo, futurismo, expresionismo)
y las del período de entreguerras (constructivismo, dadá,
surrealismo, Bauhaus, Art Decó, muralismo mexicano).
Más problemática es la relación con las vanguardias estéticas de
movimientos como el realismo socialista, el arte fascista, el arte
nazi o el arte del franquismo.
La segunda guerra mundial marca la ruptura época
con el traslado del centro de la actividad artística de Europa
(sobre todo París -Escuela de París-) a Estados Unidos (Nueva
York). Pintores estadounidenses protagonizaron los nuevos movimientos
también calificados como vanguardistas, como Jackson Pollock
(action painting, la denominada Escuela de Nueva York
-expresionismo abstracto-) y Andy Warhol (Pop Art).
El último período del siglo XX, que puede
considerarse iniciado con la muerte de Picasso, que coincide con el
final de la Guerra de Vietnam (1973), ha sido identificado con
términos como deconstrucción, postmodernidad o transvanguardia.
Vanguardias históricas
Hasta la Primera Guerra Mundial (1914-1918)
Las denominadas "vanguardias históricas"
son las que surgieron en los primeros años del siglo XX, tras un fin
de siècle dominado por el modernismo y el simbolismo. Una belle
époque en la que la amenaza de la guerra era cada vez más
perturbadora (paz armada).
Fauvismo
Los fauves ("fieras"), siguiendo
el precedente de los nabis de 1888, usaban el color de forma
arbitraria, abstrayéndolo de la objetividad visual y poniéndolo en
relación con su propia subjetividad, estuviera relacionada con
alguna justificación formal o con cualquier necesidad expresiva
(cuya justificación dejaba por tanto de ser necesaria). El grupo
recibió su denominación por el escándalo que suscitaron en el
Salon d'Automne de 1905 (Henri Matisse, André Derain, Albert
Marquet, Charles Camoin, Louis Valtat, Henri Evenepoel -belga-,
Maurice Marinot, Jean Puy, Maurice de Vlaminck, Henri Manguin, Raoul
Dufy, Othon Friesz, Georges Rouault, Kees van Dongen -holandés-,
Alice Bailly -suizo- y Georges Braque -que a los pocos años inició
con Picasso el cubismo-).
Expresionismo, "Die Brucke"
El expresionismo, del que es un cercano precedente
El grito (del noruego Edvard Munch, 1893), fue un movimiento
pictórico gestado en Alemania en torno al grupo Die Brucke
(1905, Ernst Ludwig Kirchner, Emil Nolde).
Cubismo y Futurismo
El cubismo de Pablo Ruiz Picasso (Las señoritas
de Aviñón, 1907), Georges Braque, Fernand Léger, Juan Gris o
María Blanchard, representaba las figuras a través del
desdoblamiento de los planos que componen su superficie y técnicas
innovadoras, como el uso del collage que añade todo tipo de
materiales a la materia pictórica. Se ha señalado la influencia en
el cubismo de los volúmenes de Cezanne; aunque también del
primitivismo buscado en las máscaras africanas y en la pintura
románica.
El futurismo de Boccioni
y otros pintores italianos, en torno al poeta Marinetti (Manifiesto
futurista, 1909), también pretendía aproximarse a una realidad
visual más profunda, pero evocando el movimiento y la velocidad,
multiplicando la representación sucesiva de la misma figura, con lo
que obtenía efectos visuales hasta cierto punto similares a los del
cubismo. El Desnudo bajando una escalera de Marcel Duchamp
(1912), que fue rechazado por los cubistas cuando fue presentado en
el Salon des Indépendants de ese año presentaba
características de ambos estilos. Su exposición en el Armory
Show de Nueva York (1913) fue ampliamente ridiculizada en la
prensa, y contribuyó de forma notable a la difusión de las
vanguardias.
Frente a la mayor pervivencia del expresionismo,
que no sólo sobrevivió a la Primera Guerra Mundial, sino que
intensificó con ella su caudal de agresividad temática; cubismo y
futurismo tuvieron una vida corta, aunque muy fructífera. Con gran
rapidez dieron origen a una gran variedad de movimientos pictóricos,
igualmente efímeros, que en algún caso se consideran precedentes de
la abstracción, como el purismo (Amédée Ozenfant), el orfismo
(Robert Delaunay y František Kupka), el vorticismo británico
(Wyndham Lewis, Edward Wadsworth), el rayonismo ruso (Miguel Larionov
y Natalia Goncharova), el sincromismo estadounidense (Stanton
MacDonald-Wright y Morgan Russell), el neocubismo español (Daniel
Vázquez Díaz y Pancho Cossío), etc.
Periodo de entreguerras (1918-1939)
En este periodo
continuaron desarrollándose las vanguardias históricas de la etapa
anterior, y surgieron otras nuevas, en una sucesión frenética de
etiquetas y manifiestos. La adscripción de cada pintor a un solo
movimiento es en sí misma un error, dada la fluidez de contactos
entre ellos y la evolución personal de cada uno; siendo el caso más
evidente el de Picasso, que pasó por todos. Otros, como Balthus,
negaron explícitamente que los pintores y su pintura debieran ser
objeto de clasificación o comentario, sino sólo de contemplación.
Expresionismo, Nueva Objetividad y "Der Blaue Reiter"
El expresionismo fue la corriente predominante en
los países nórdicos y Europa central, y se pueden asociar a ella
muchos pintores de todas las nacionalidades (Amadeo Modigliani, Chaïm
Soutine, José Gutiérrez Solana). Hasta tres generaciones de
expresionistas desarrollaron una pintura representativa y
comprometida con la realidad; en algún caso planteándose
explícitamente como una reacción contra el propio expresionismo: la
Neue Sachlichkeit ("Nueva objetividad", Christian
Schad, Otto Dix, George Grosz, Oskar Kokoschka). Un movimiento de la
segunda generación expresionista, Der Blaue Reiter ("El
jinete azul", Vasily Kandinsky, Paul Klee, Franz Marc, August
Macke) derivó hacia la pintura abstracta al entender que solo era
posible representar el interior del ser y el pensamiento a través de
formas no figurativas (abstracción lírica).
Constructivismo, "Die Stijl", Suprematismo
El neoplasticismo o constructivismo holandés, del
grupo De Stijl ("El estilo", 1917, Piet Mondrian,
Theo van Doesburg), desarrolló una abstracción geométrica. La
Revolución rusa de 1917 tuvo también una expresión artística
inmediata en movimientos pictóricos de vanguardia como el
suprematismo y el constructivismo soviético (Rodchenko y Malévich),
antes de establecerse el realismo socialista.
Dadá y Surrealismo
El movimiento dadá (palabra elegida al
azar) fundado en Zúrich en 1916, implicó a pintores franceses,
alemanes y estadounidenses Hans Arp, Francis Picabia, Max Ernst, Man
Ray). Inauguró un interés por la fantasía, lo irracional, lo
extravagante y lo onírico; que el grupo surrealista (manifiesto de
1924) teorizó influenciado por el psicoanálisis y los cambios de
paradigma científico (teoría de la relatividad y mecánica
cuántica). Hubo precursores, como Henri Rousseau o Marc Chagall.
Dentro de las manifestaciones pictóricas surrealistas se
diferenciaron los surrealistas abstractos como Joan Miró o Yves
Tanguy y los figurativos como René Magritte o Salvador Dalí. Fuera
del grupo, pero con estrecha relación estética, estaban la pintura
metafísica de Giorgio de Chirico o la obra de Marcel Duchamp que,
mediante la descontextualización, convertía objetos reales de la
vida diaria en formas puramente artísticas.
Bauhaus y "Art Decó"
El establecimiento de la Bauhaus, dirigida
por los arquitectos Gropius y Mies Van der Rohe, tuvo un poderoso
impacto en todas las artes plásticas, incluyendo una escuela de
pintura a la que estuvieron asociados Lyonel Feininger, Johannes
Itten, Vasili Kandinsky, Paul Klee, Gerhard Marcks, Laszlo
Moholy-Nagy, Georg Muche, Oskar Schlemmer y Lothar Schreyer.
Otro movimiento inicialmente arquitectónico y de
diseño, el art déco, también tuvo una vertiente pictórica
importante (Tamara de Lempicka).
Pintura de los totalitarismos o las dictaduras
A pesar de su identificación inicial con las
vanguardias, el arte de las dictaduras o de los totalitarismos
(comunismo soviético -realismo socialista-, fascismo italiano,
nazismo alemán -blut und boden, "sangre y suelo"-,
franquismo español, movimientos parafascistas rumanos) se recondujo
por razones ideológicas y propagandísticas hacia el conservadurismo
estético, convergente en términos formales a pesar de la extrema
oposición ideológica (por razones idénticas aunque originadas en
presupuestos distintos), que exaltaba los valores populares contra
los de la intelectualidad elitista, que se calificaban, dependiendo
de la terminología empleada en cada caso, de desviacionistas
(уклонизма -uklonizma-), burgueses,
degenerados (entartete), antiespañoles, etc.
Muralismo mexicano
En un ambiente de mayor libertad expresiva y
política, aunque conectado con los presupuestos ideológicos del
realismo socialista, se desarrolló el muralismo mexicano, muy
implicado en las luchas entre las distintas facciones, que llegó a
una extrema violencia durante la presencia de Trotsky en México
(Diego Rivera, José Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros).
Etiquetas:
Siglo XX
Segunda mitad del siglo XIX
Precedidos por Courbet, el provocador que inició
la práctica de la pintura independiente, dos pintores franceses
cubren la segunda mitad del siglo XIX, pasando por todos los
movimientos rupturistas y haciendo de "maestros de pintores":
Édouard Manet y Paul Cézanne, cuya identificación con realismo o
impresionismo no pasa de ser una etiqueta historiográfica que no
cubre la totalidad de sus amplias y complejas trayectorias.
Realismo
Artículo principal: Pintura del realismo
El romanticismo ya había plasmado en la pintura
el protagonismo histórico de las masas (visible en Goya y
Delacroix), pero Courbet no necesitó para ello emplear temas
heroicos, sino cotidianos, traspasando los límites de la obscenidad.
Técnicamente, encontró recursos expresivos en la pincelada gruesa,
el aspecto inconcluso y la composición poco convencional, con
encuadres abruptos, que provocaban rechazo. Buscando una total
libertad artística, renunció expresamente a transigir con el gusto
dominante y expuso por su cuenta, de forma independiente, su
provocativo El taller del pintor a las puertas del Salon de
Paris de 1855, apoyado por un grupo intelectual en el que se
hallaban Charles Baudelaire, Pierre Proudhon y el crítico Jules
Champfleury. Entre los pintores que se asocian al movimiento
estuvieron el dibujante satírico Daumier y el paisajista
Jean-François Millet, procedente de la Escuela de Barbizon (Théodore
Rousseau, Corot, quienes previamente habían renovado el paisajismo
influidos por una exposición de Constable en París). También
estuvo presente el estadounidense Whistler, que se terminó
distanciando de Courbet, entre otras cosas, por el atrevimiento del
francés en la forma de retratar a una modelo de la que ambos eran
amantes (El origen del mundo, 1866).
Simultáneamente, en Inglaterra se desarrollaba la
pintura victoriana. El academicismo dominante fue desafiado por las
teorías artísticas de John Ruskin, que defendía la superioridad de
los modernos frente a los antiguos (comparando a Turner
con las convenciones vigentes desde el renacimiento al
neoclasicismo). Se abrieron paso nuevos movimientos de renovación
pictórica, especialmente el liderado por Ford Madox Brown y la
Hermandad Pre-Rafaelita (Dante Gabriel Rossetti, John Everett
Millais, William Holman Hunt), que pretendía recuperar la pureza
primitiva de la pintura anterior al siglo XVI. La sensación de
pérdida de los valores de la obra artesana bien hecha frente a la
producción industrial masificada llevó al movimiento arts and
crafts (William Morris, Edward Burne-Jones). Ya a finales de
siglo, la escuela de Newlyn se especializó en la representación de
escenas marineras.
Otras escuelas nacionales fueron desarrollando
producciones pictóricas con mayor o menor grado de utilización de
recursos poco académicos, difundidos por el plenairismo (au plen
air, pintura directa en el exterior, que estimula una menor
preocupación por el acabado que por el reflejo de las sensaciones
visuales y la luz cambiante, imponiendo la pincelada suelta y
distintas texturas) y que muy a menudo se etiquetan como precedentes
del impresionismo, a pesar de ser más propiamente realistas, como
los macchiaioli italianos (Giovanni Fattori, Giuseppe Abbati,
Silvestro Lega, Telemaco Signorini), los peredvizhniki rusos
(Iliá Repin), pintores alemanes (Adolph von Menzel, Wilhelm Leibl,
Max Liebermann, Franz von Lenbach, Hans Thoma), españoles (Mariano
Fortuny, Federico de Madrazo, Eduardo Rosales, Carlos de Haes,
Antonio Gisbert, Casado del Alisal, Martí Alsina), escandinavos
(pintores de Skagen), estadounidenses (escuela del río Hudson) o
australianos (escuela de Heidelberg).
No obstante, la mayor parte de la producción
pictórica, incluida la mayor parte de la de muchos pintores citados,
respondía a criterios convencionales y coincidentes con el gusto
burgués dominante, lo que les garantizaba su éxito de mercado
(retrato pictórico, preciosismo en los acabados y costumbrismo de
las escenas de género -Vicente Palmaroli-, pintura de historia
institucional y reconstrucciones historicistas -Lawrence
Alma-Tadema-), aunque retrospectivamente se califiquen incluso de
gusto vulgar o kitsch (art pompier).
Impresionismo
Artículo principal: Impresionismo
El Déjeuner sur l'Herbe y la Olympia
de Édouard Manet causaron el el Salon des Refusés de 1863
("Salón de los rechazados") un escándalo similar al que
consiguió el Taller de Courbet una década antes. A pesar de
su evidente continuidad con el realismo, son considerados el
precedente más directo de la gran renovación pictórica del último
cuarto del siglo, que en estos cuadros aún no estaba presente.
La técnica impresionista fue un innovador
concepto en la utilización de la luz y el color: su disposición en
el lienzo a través de pinceladas sueltas de colores puros, que no se
mezclan en la paleta del pintor sino en la retina del espectador,
acentuando los contrastes por la oposición de los complementarios, y
buscando los efectos de vibración y luz reflejada. Tal innovación
fue obra de un grupo de pintores franceses (Claude Monet,
Pierre-Auguste Renoir, Edgar Degas, Camille Pissarro, Alfred Sisley,
Frédéric Bazille, Berthe Morisot) que fue bautizado como
impresionistas por el título que Monet dio a uno de sus
cuadros (Impression, soleil levant -"Impresión, sol
naciente"-) en la primera de las exposiciones de la Société
anonyme des artistes peintres, sculpteurs et graveurs ("Sociedad
anónima de artistas pintores, escultores y grabadores", 15 de
abril de 1874).
Su impacto en el resto
del mundo es un tema debatido, puesto que, aunque la difusión de los
nuevos conceptos es innegable (aplicados en Alemania por Lovis
Corinth, Max Liebermann o Max Slevogt, en Austria-Hungría por László
Mednyánszky, en el Imperio Ruso por Konstantin Korovin, Valentin
Serov o el polaco Władysław Podkowiński, en Estados Unidos por
William Merritt Chase o Mary Cassatt, en el Reino Unido por Walter
Richard Sickert o Philip Wilson Steer), también se ha exagerado la
identificación como impresionistas de muchos pintores, para los que
alternativamente se utilizan también otras etiquetas ambiguas, como
la del luminismo (utilizada para designar a estadounidenses como
George Caleb Bingham, John Frederick Kensett o Albert Bierstadt, a
belgas como Emile Claus, Gustave De Smet, Frits Van den Berghe o
Constant Permeke, o a españoles como Joaquín Sorolla, Ignacio
Pinazo, Teodoro Andreu, Francisco Benítez Mellado o Vicente
Castell), que a veces es relegada a la condición de
"pseudo-impresionismo".
Postimpresionismo
Artículo principal: Postimpresionismo
Los últimos años del siglo XIX (el fin de
siécle) y el comienzo del siglo XX son un periodo de gran
agitación intelectual en el que se derrumban los paradigmas
científicos (revolución relativista, revolución neuronal,
revolución freudiana, etc.)
Desde 1884 se venía celebrando el Salon des
Indépendants ("Salón de los independientes")
gestionado por la Société des Artistes Indépendants
fundada, entre otros, por Albert Dubois-Pillet, Odilon Redon, Georges
Seurat y Paul Signac, bajo el lema Sans jury ni récompense
("Sin jurado ni recompensa"). Después de las ocho
exposiciones impresionistas (la última, en mayo y junio de 1886),
las innovaciones conceptuales que escandalizaban pocos años atrás
(y que seguirían siendo explotadas por muchos años más) habían
pasado a ser caminos poco estimulantes para los pintores más
inquietos, que las encontraban insuficientes para sus necesidades
expresivas.
Uno de los más
veteranos impresionistas, Paul Cézanne, sin renunciar al color y la
luz, encontró ese camino en la simplificación de volúmenes en
cuerpos geométricos (esferas, cilindros, conos -pretendía
"conquistar París con una manzana"-); Henri de
Toulouse-Lautrec en la recuperación del dibujo, extremado en gruesas
líneas para el contorno de las figuras; Vincent Van Gogh en la
pincelada gestual, prolongada en giros y espirales; Paul Gaugin en la
extensión de las superficies planas de colores homogéneos
(cloisonné). Buena parte de estos nuevos enfoques tenían
explícitas influencias del exótico arte japonés (japonismo), cuyas
convenciones tradicionales, bien distintas de las de la pintura
occidental, se convertían en alternativas inéditas cuando se
aplicaban con los criterios rupturistas de estos pintores.
Los que optaron por una profundización conceptual
en el significado de lo representado, frente al que se establecen
conexiones misteriosas u ocultas, han sido etiquetados como
simbolistas (Odilon Redon, Puvis de Chavannes), denominación ambigua
que también se aplica a Gaugin o Van Gogh.
El neoimpresionismo (denominado alternativamente
como puntillismo y divisionismo, con distintas implicaciones) de
Georges Seurat y Paul Signac planteaba llevar la técnica del
impresionismo a su extremo, reduciendo la aplicación de los
pigmentos puros a puntos, que observados en la distancia componían
las imágenes con un efecto impactante.
Se crearon nuevos y
múltiples colectivos de artistas con distintos y a menudo opuestos
criterios, que en algún caso (como la fallida comunidad que intentó
crear Van Gogh en Arlés) respondían a la necesidad de salir del
ambiente de París: escuela de Pont-Aven (Gaugin, Louis Anquetin,
Émile Bernard, Charles Laval, Émile Schuffenecker, Paul Sérusier,
Maxime Maufra), bande noire ("banda negra",
denominados nubians por sus tonos sombríos y naturalistas
por su temática social, liderados por Charles Cottet y al que se
asoció el español Ignacio Zuloaga), nabis ("profetas",
que experimentaron con el uso arbitrario del color, liderados por
Sérusier -Félix Vallotton, Édouard Vuillard, Pierre Bonnard,
Maurice Denis-), les vingtistes ("los veintistas",
grupo belga que funcionó entre 1883 y 1893 -James Ensor, Théo van
Rysselberghe, Fernand Khnopff-, con el que se relacionó el español
Darío de Regoyos).
"Art Nouveau", "Sezession" o Modernismo
Artículo principal: Modernismo (arte)
En contraposición tanto
al academicismo como al impresionismo, los pintores identificados con
las etiquetas modernista (en España, especialmente el
modernismo catalán: Ramón Casas, Santiago Rusiñol, José María
Sert -no debe confundirse con la utilización del término inglés
modernism, identificable con "vanguardismo" o "arte
moderno"-), jugendstil (Alemania y Austria-Hungría,
donde se asocia a la sezession vienesa o berlinesa: Gustav
Klimt, Egon Schiele, Max Klinger, Alfons Mucha), o la más extendida
de art nouveau (en Francia, Bélgica y otros países: Henri
Evenepoel, Theodore van Rysselberghe, Theophile Alexandre Steinlen,
Jules Cheret, Leonetto Cappiello, Jan Toorop, Franz von Stuck),
abandonaron los temas cotidianos por los contenidos simbólicos y
conceptuales, entre los que destacaba la mujer, con un tratamiento
erótico que llega hasta la perversión (un movimiento simultáneo,
muy relacionado, se denomina decadentismo -Félicien Rops, Gustave
Moreau, Odilon Redon-). Técnicamente se insistía en la pureza de la
línea (lo que daba a la pintura un carácter fuertemente
bidimensional) y la expresividad del dibujo (se ha considerado
precedente del expresionismo posterior), ambas cosas ya presentes en
autores postimpresionistas, especialmente en Toulouse-Lautrec. Las
formas orgánicas (especialmente vegetales: flores, hojas y tallos
curvilíneos y retorcidos), ya presentes en movimientos ingleses
anteriores (prerrafaelismo y arts and crafts), se convierten
en un leit motiv paralelo a las formas decorativas de las
artes gráficas, con las que están estrechamente identificadas
(cartelismo, reproducción litográfica). El formato preferido era
mucho más alargado o apaisado que el tradicional (determinado por la
razón áurea).
El hito fundacional del estilo fue la impactante aparición en las
calles de París de los carteles litográficos publicitarios de
Alfons Mucha para la actriz Sarah Bernhardt (Gismonda, 1 de
enero de 1895), por lo que inicialmente se le llamaba estilo
Mucha. La asociación del movimiento con los valores dinámicos
de la vida cotidiana de la modernidad, la sociedad de consumo de
masas, los nuevos medios de comunicación y la publicidad fue
evidente hasta en las diferentes denominaciones que fue recibiendo
espontáneamente en cada lugar: en Londres, liberty (por la
tienda Liberty & Co.), en Múnich jugendstil (por
la revista Jugend -"juventud"-).
Etiquetas:
Siglo XIX
Final del siglo XVIII y primera mitad del siglo XIX
Artículo principal: Francisco de Goya
La trayectoria estilística de Goya incluye la
pintura de interiores rococó, el academicismo neoclásico y el
prerromanticismo. Alcanzó un extraordinario éxito como pintor de
corte. Con sus dos grandes lienzos El dos de mayo y El tres
de mayo inaugura la pintura de historia del siglo XIX. Sus series
de grabados supusieron innovaciones técnicas, estilísticas y
temáticas de gran proyección posterior. Se le considera el
precedente del expresionismo y las vanguardias del siglo XX,
especialmente por las pinturas negras.
Neoclasicismo y academicismo
Artículos principales: Pintura neoclásica
y Academicismo.
Desde el siglo XVII, con la aparición de las
academias, se fueron estableciendo los cánones del clasicismo
pictórico, pero no fue hasta la segunda mitad del siglo XVIII, con
la Ilustración, que llegan a establecerse como convenciones
impuestas a la práctica del oficio en la totalidad del ámbito
cultural europeo occidental. Simultáneamente aparecen la crítica y
la historiografía del arte como actividades definitorias del gusto
artístico dominante, cuyo seguimiento se fomenta entre los pintores
a través de la enseñanza, de los encargos institucionales y
privados, y de la convocatoria de exhibiciones, certámenes o salones
artísticos como el Salon de peinture et de sculpture o Salon
de Paris ("Salón de pintura y de escultura" o "Salón
de París", desde 1725).
La figura de Jacques-Louis David, testigo de
excepción de los cambios políticos y sociales de la Revolución
francesa preside el tránsito del siglo XVIII al XIX, al que
siguieron otros pintores franceses, como François Gérard. La cumbre
del estilo, a mediados del siglo XIX, fue Jean Auguste Dominique
Ingres; ya en presencia de la irrupción de los nuevos estilos
antiacadémicos. No obstante, la mayor parte de la producción
pictórica de la segunda mitad del siglo XIX e incluso del siglo XX,
conviviendo con su absoluta negación, que representaron las
vanguardias, siguió siendo la pintura academicista de tradición
neoclásica, cuyos seguidores, a pesar del éxito institucional que
vivieron en sus días o de su objetiva calidad, han pasado a ocupar
un espacio marginal en museos y manuales (John Singer Sargent,
Jean-Joseph Weerts, Jean-Léon Gérôme, William-Adolphe Bouguereau,
Jean-Louis-Ernest Meissonier, Paul Baudry, Alexandre Cabanel, Franz
Xaver Winterhalter).
La pintura inglesa de finales del XVIII y
principios del XIX tuvo como principales figuras académicas a sir
Joshua Reynolds (que definió el concepto grand manner
-"manera grandiosa" o "espléndido estilo"-),
Thomas Gainsborough o Thomas Lawrence; además de dos extraordinarios
paisajistas que evolucionaron hacia una concepción más
identificable con el romanticismo pictórico: J. M. W. Turner y John
Constable.
Por comparación con la gigantesca figura de Goya,
la pintura neoclásica española de finales del siglo XVIII y
comienzos del XIX ha sido habitualmente minusvalorada, pero contó
con pintores de la talla de Anton Raphael Mengs, que en su época era
considerada la máxima autoridad académica a nivel europeo, Paret,
Meléndez o Vicente López, el discípulo de Goya autor de su más
famoso retrato. El academicismo pictórico presidió la totalidad del
siglo XIX a través de los géneros de más demanda institucional en
España: el retrato y la pintura de historia.
Romanticismo
Artículo principal: Pintura romántica
El prerromanticismo convivió con el neoclasicismo
en las décadas finales del siglo XVIII. No solamente se manifestó
en la pintura anticipadora de Goya, sino en la de William Blake,
Johann Heinrich Füssli o Giovanni Battista Piranesi. En el ámbito
de la especulación teórica, el romanticismo incluyó una
redefinición del concepto de belleza, y en concreto la aparición de
un nuevo concepto: el de lo sublime, la belleza terrible y
sobrecogedora propia de los elementos desatados y de la naturaleza en
estado salvaje, ajena a la serenidad estética del neoclasicismo, y
que encontrará plasmación pictórica en los paisajes de Caspar
David Friedrich y de Turner. Es muy significativa una anécdota que
enfrentó a Turner con su coetáneo Constable. Éste, quejándose del
atrevimiento de su competidor, que había añadido una impactante
pincelada de minio en mitad de su cuadro después de haberse colgado
al lado del suyo propio en la exposición de la Royal Academy
(1817), resumió perfectamente el impacto de la nueva imagen: [veo
que] ha estado aquí, [porque] ha disparado su arma.
En los salones franceses monopolizados por el
academicismo, la exhibición de La balsa de la Medusa de
Gericault (1819) supuso un escándalo de mucho mayores dimensiones.
Frente a los demás cuadros, equilibrados y convencionales, mostraba
cadáveres descompuestos en un primer plano, contrastaba gestos de
desesperación y entusiasmo de un abigarrado grupo de personajes que
dan la espalda al espectador (ajenos al decorum que se
pretendía de las representaciones heroicas), y evidenciaba la
pequeñez de la humanidad frente a un entorno natural hostil. En el
contexto de la revolución de 1830, la alianza de la libertad del
arte con la libertad política quedó plasmada en La libertad
guiando al pueblo, de Delacroix.
Grupos de pintores alemanes e italianos, los
denominados nazarenos y puristas, pretendieron encontrar la belleza
originaria de la pintura en la simplicidad formal y la renuncia a
todo artificio, preludiando movimientos posteriores.
Etiquetas:
Siglo XIX
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
Más visitados
-
Precedidos por Courbet, el provocador que inició la práctica de la pintura independiente, dos pintores franceses cubren la segunda mita...
-
El pintor Los pintores contemporáneos asisten a las transformaciones socioeconómicas de su época y dejan de estar sometidos a ...
-
Los géneros y los temas pictóricos fueron objeto de la tratadística académica, y clasificados jerárquicamente. ...
-
Las posibilidades de expresión pictórica se han diversificado hasta incluir instalaciones artísticas y utilizaciones del espa...
-
Después de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), el centro del mundo pictórico se traslada de París a Nueva York. Allí surgió...
-
Son innumerables las tendencias y subtendencias de la pintura del siglo XX. En general, suelen estudiarse en relación con los...
-
Artículo principal: Francisco de Goya La trayectoria estilística de Goya incluye la pintura de interiores rococó, el academicismo neo...
-
Se ordenan por fecha de nacimiento. Se destacan gráficamente algunos pintores con el fin de marcar periodos cronológicos amp...
-
César Lorenzano recorre junto con Vlady -un notable artista de origen ruso residente en México- los Murales que realizó en la Biblioteca Le...
Víctor M. Quirós. Con la tecnología de Blogger.