Las posibilidades de
expresión pictórica se han diversificado hasta incluir
instalaciones artísticas y utilizaciones del espacio artístico
herederas de los happenings, el arte conceptual y el minimal
de mediados de siglo; el arte povera realizado con materiales
de desecho; el graffiti y otras expresiones gráficas
vinculadas a subculturas juveniles; el land art o arte
ecológico que implica a la propia naturaleza; el body art en
el que el cuerpo hace de soporte; el arte digital y el net.art,
que explota las posibilidades de las nuevas tecnologías de la
información y la comunicación, etc.
Entre los innumerables ismos que pretenden
identificar estilos que se suceden y escinden, a veces como revivals
(recuperación de movimientos anteriores -neos-), están el
anacronismo (nuevo clacisismo o neomanierismo), la neo-geo
(recuperación de la abstracción geométrica), la new image
("nueva imagen"), el Pattern Art o Pattern &
Decoration (pintura feminista "de patrones y decoración").
Con la etiqueta neoexpresionismo (nuevos fauves o "nuevos
salvajes", también asociado con la equívoca etiqueta neo-pop)
se engloba un conjunto de movimientos como la transvanguardia
italiana (Francesco Clemente), la bad painting neoyorkina
(Keith Haring), la figuration libre francesa, o trayectorias
personales difícilmente clasificables, como la del español Miquel
Barceló, la del colombiano Fernando Botero, la del japonés Takashi
Murakami o la de la pareja Gilbert & George.
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